Cerebro del Adicto
El cerebro humano es el órgano más complejo del
cuerpo. Esta masa de materia gris y blanca de tres libras se encuentra en el
centro de toda actividad humana: es necesario para conducir un vehículo,
disfrutar de una comida, respirar, crear una obra de arte y disfrutar de las
actividades cotidianas. En resumen, el cerebro regula las funciones básicas de
su cuerpo; le permite interpretar y responder a todo lo que experimenta y
moldea sus pensamientos, emociones y comportamientos.
El cerebro está compuesto por muchas partes que trabajan juntas como un
equipo. Diferentes partes del cerebro son responsables de coordinar y llevar a
cabo funciones específicas. Las drogas pueden alterar áreas importantes del
cerebro que son necesarias para funciones vitales y pueden fomentar el abuso
compulsivo de drogas que caracteriza a la adicción.
Los cambios bioquímicos que
suceden en el cerebro del adicto son los responsables de la compulsión
observada en los episodios de uso descontrolado, así como de muchas de las
perturbaciones cognitivas propias de la adicción.
Las últimas investigaciones
implican a diversos neurotransmisores, así como a vías o sistemas cerebrales,
tales como el sistema de recompensa mesolímbico, como factores claves en el
desarrollo de la sintomatología adictiva.
Neurotransmisores
Los neurotransmisores son sustancias químicas
naturales que existen dentro del cerebro y que son responsables de las
actividades cerebrales, entre otras: la motivación, las emociones y los
instintos. Estas sustancias naturales son las que median en el estado de ánimo
provocando euforia o desgano, de acuerdo a una sucesión compleja de estímulos,
condicionamientos y aprendizajes, cuyo objetivo es el de responder
constructivamente a los estímulos del medio ambiente.
Los neurotransmisores más importantes involucrados
en la respuesta adictiva son:
ü La Dopamina es
predominante en las áreas del sistema de recompensa mesolímbico el cual media
las repuestas de euforia y estimulación en el cerebro.
ü Las Endorfinas se
producen en las áreas mesolímbica y mesocorticales, y median las respuestas a
los estímulos dolorosos, la regulación de la temperatura y la ingestión de agua
y alimentos.
ü El Ácido Gamma Amino
Butírico (GABA) se encuentra en la amígdala, el bulbo olfatorio, el telencéfalo
ventral y el globo pálido también se ha implicado en la respuesta adictiva.
El cerebro es un centro de comunicaciones
conformado por miles de millones de neuronas, o células nerviosas. Las redes de
neuronas pasan mensajes desde y hacia diferentes estructuras dentro del
cerebro, la médula espinal y los nervios que se encuentran en el resto del
cuerpo (el sistema nervioso periférico). Estas redes nerviosas coordinan y regulan
todo lo que sentimos, pensamos y hacemos. Neurotransmisores, los Mensajeros
Químicos del Cerebro.
En realidad se asume que todos los
neurotransmisores tienen un papel en la manifestación de la adicción. Aún se
investiga para determinar la naturaleza de ese papel y la forma en que las vías
y los químicos cerebrales interactúan para producir el desorden adictivo.
El cerebro puede dividirse en términos de función y
de vías neurológicas en dos partes: el cerebro primitivo y el cerebro racional.
Esta división puede ayudarnos a comprender mejor la dinámica de la neuroquímica
en el proceso de la adicción.
ü El Cerebro
Racional: Esta zona del cerebro es la correspondiente a la corteza cerebral y
en ella se asientan las funciones superiores intelectuales y abstractas. Es la
llamada materia gris y su función es la del análisis racional de los hechos y
de la información que llega a través de los sentidos. En el proceso de adicción
esta área también se afecta produciéndose el sistema delusional de la adicción,
el cual es un conjunto de pensamientos adictivos que completan junto al cerebro
primitivo para facilitar y mantener activo el proceso adictivo.
ü El Cerebro
Primitivo: Se le llama así al cerebro bajo que incluye el área de funciones
vitales, las zonas mediadoras de las emociones y estados de ánimo, la
generación de instintos de supervivencia y regulación corporal. Esta parte del
cerebro está involucrada directamente en el desarrollo de la adicción, y allí
se encuentran los desbalances bioquímicos responsables de la compulsión, la
memoria eufórica y los deseos automáticos. Allí se encuentran vías
dopaminérgicas y de endorfinas tales como el sistema de recompensa cerebral.Las sustancias psicotrópicas
externas o drogas, así como los estados de excitación extrema provenientes de
conductas de estimulación, afectan estos neurotransmisores de manera que el
cerebro los produce en exceso o los depleta exageradamente. Estos cambios,
unidos a la predisposición a la adicción producen una respuesta aberrante, que
es el reflejo de un desbalance bioquímico persistente.
¿Cómo funcionan las
drogas en el cerebro?
Las drogas son sustancias químicas que afectan el cerebro al penetrar en su
sistema de comunicación e interferir con la manera en que las neuronas
normalmente envían, reciben y procesan la información. Algunas drogas, como la
marihuana y la heroína, pueden activar las neuronas porque su estructura
química imita la de un neurotransmisor natural. Esta similitud en la estructura
“engaña” a los receptores y permite que las drogas se adhieran a las neuronas y
las activen. Aunque estas drogas imitan a las sustancias químicas propias del
cerebro, no activan las neuronas de la misma manera que lo hace un
neurotransmisor natural, y conducen a mensajes anómalos que se transmiten a
través de la red.
Otras drogas, como las anfetaminas o la cocaína, pueden causar que las
neuronas liberen cantidades inusualmente grandes de neurotransmisores naturales
o pueden prevenir el reciclaje normal de estas sustancias químicas del cerebro.
Esta alteración produce un mensaje amplificado en gran medida, que en última
instancia interrumpe los canales de comunicación.
¿Cómo funcionan las
drogas en el cerebro para producir placer?
La mayoría de las drogas adictivas, directa o indirectamente, atacan al
sistema de recompensas del cerebro, inundando el circuito con dopamina. La
dopamina es un neurotransmisor que se encuentra en las regiones del cerebro que
regulan el movimiento, la emoción, la motivación y los sentimientos de placer.
Cuando se activa a niveles normales, este sistema recompensa nuestros
comportamientos naturales. Sin embargo, la sobre estimulación del sistema con
drogas produce efectos de euforia, que refuerzan fuertemente el consumo—y le
enseñan al usuario a repetirlo.
La mayoría de las drogas adictivas atacan el sistema de recompensas del
cerebro, llenándolo de dopamina.
La imagen muestra cómo el abuso de drogas afecta el centro de placer del
cerebro. Ciertas drogas pueden liberar hasta diez veces más la cantidad de
dopamina que el cerebro produce naturalmente, es por eso que son tan adictivas.
¿De qué
manera la estimulación del circuito de placer del cerebro nos enseña a seguir
consumiendo drogas?
Nuestros cerebros están conectados para garantizar que repitamos las
actividades vitales al asociar estas actividades con el placer o la recompensa.
Cada vez que se activa este circuito de recompensa, el cerebro nota que está
sucediendo algo importante que necesita recordar, y nos enseña a hacerlo una y
otra vez sin pensar en ello. Debido a que las drogas adictivas estimulan el
mismo circuito, aprendemos a abusar de las drogas de la misma manera.
¿Por qué
las drogas son más adictivas que las recompensas naturales?
Cuando se toman algunas drogas adictivas, pueden liberar de 2 a 10 veces
más la cantidad de dopamina que las recompensas naturales, como comer y tener
sexo. En algunos casos, esto ocurre casi
de inmediato (como cuando las drogas se fuman o se inyectan), y los efectos
pueden durar mucho más que los producidos por las recompensas naturales. Los
efectos resultantes sobre el circuito de recompensas del cerebro son
gigantescos en comparación con los producidos por los comportamientos naturales
de gratificación. El efecto de una recompensa tan poderosa motiva fuertemente a
la gente a consumir drogas una y otra vez. Por este motivo, los científicos a
veces dicen que el abuso de drogas es algo que aprendemos a hacer muy, muy
bien.
El abuso de drogas a largo plazo perjudica el funcionamiento del cerebro.
¿Qué le
pasa al cerebro si continúa consumiendo drogas?
Para el cerebro, la diferencia entre las recompensas normales y las
recompensas producidas por las drogas se puede describir como la diferencia
entre alguien que susurra al oído y alguien que grita con un micrófono. Así
como rechazamos el volumen demasiado alto de una radio, el cerebro se ajusta a
las oleadas abrumadoras de dopamina (y otros neurotransmisores), produciendo
menos dopamina o disminuyendo el número de receptores que pueden recibir
señales. Como resultado, el impacto de la dopamina sobre el circuito de
recompensas del cerebro de una persona que abusa de las drogas puede llegar a
ser anormalmente bajo, y se reduce la capacidad de esa persona de experimentar
cualquier tipo de placer.
Así, una persona que abusa de las drogas eventualmente se siente aplacada,
sin vida y deprimida, y es incapaz de disfrutar de las cosas que antes le
resultaban placenteras. Ahora, la persona necesita seguir consumiendo drogas
una y otra vez sólo para tratar de que la función de la dopamina regrese a la
normalidad—, lo cual solo empeora el problema, como un círculo vicioso. Además,
la persona a menudo tendrá que consumir cantidades mayores de la droga para
conseguir el efecto deseado y que le es familiar que resulta, un fenómeno de la
dopamina alta, conocido como tolerancia.
¿De qué manera el
consumo de drogas a largo plazo afecta los circuitos cerebrales?
Sabemos que el mismo tipo de mecanismos implicados en el desarrollo de la
tolerancia pueden finalmente conducir a cambios profundos en las neuronas y los
circuitos del cerebro, con el potencial de comprometer seriamente la salud del
cerebro a largo plazo. Por ejemplo, el glutamato es otro neurotransmisor que
influye en el circuito de recompensas y en la capacidad de aprender. Cuando la
concentración óptima del glutamato se ve alterada por el abuso de drogas, el
cerebro intenta compensar este cambio, lo que puede causar un deterioro de la
función cognitiva. Del mismo modo, el abuso de drogas a largo plazo puede
desencadenar adaptaciones en los sistemas de memoria no consciente o habitual.
El condicionamiento es un ejemplo de este tipo de aprendizaje, donde ciertos
indicios en la rutina o el entorno diarios de una persona se asocian con la
experiencia de la droga y pueden disparar deseos incontrolables cada vez que la
persona está expuesta a estos indicios, aun cuando la droga en sí no está
disponible. Este “reflejo” aprendido es extremadamente durable y puede afectar
a una persona que alguna vez consumió drogas incluso después de muchos años de
abstinencia.
¿Qué otros cambios
ocurren en el cerebro cuando se abusa de las drogas?
La exposición crónica a las drogas adictivas altera la forma en que las
estructuras cerebrales críticas interactúan para controlar e inhibir las
conductas relacionadas con el consumo de drogas. Al igual que el abuso continuo
puede llevar a la tolerancia o la necesidad de dosis más altas de drogas para
producir un efecto, también puede llevar a la adicción, lo que puede llevar a
un consumidor a buscar y consumir drogas de forma compulsiva. La adicción a las
drogas merma el autocontrol y la capacidad de una persona de tomar decisiones
acertadas, a la vez que produce impulsos intensos de consumir drogas.
Las drogas que están generando adicciones a esta nueva generación pueden
ser legales como las bebidas alcohólicas, las medicinas por receta médica, los
inhalantes y las medicinas de venta libre, como lo son los jarabes para la tos,
el insomnio u otras usadas para adelgazar, o las drogas ilegales de que causan
graves consecuencias son la marihuana, los estimulantes como la cocaína, el
crack, el LSD, los derivados del opio, la heroína y otras diseñadas como el
éxtasis.
El uso de las drogas está asociado con una variedad de consecuencias
sociales de las adicciones a drogas legales o ilegales son:
Aumento en el riesgo del uso de drogas en la vida adulta
ü Fracaso escolar
ü Violencia
ü Relaciones sexuales no planificadas y
riesgosas
ü Peligro de suicidio
ü Riesgo de accidentes
En cuanto a las consecuencias de las adicciones, en el aspecto físico se tienen:
ü Trastornos de apetito
ü Ùlceras
ü Insomnio
ü Fatiga
ü Hepatitis
ü Cirrosis, trastornos cardiovasculares
ü Y enfermedades particulares, ligadas al uso
de una determinada droga
Finalmente algunas de las consecuencias de las adicciones a nivel
psicológico están:
ü Dependencia psicológica al consumo
ü Irritabilidad
ü Agresividad
ü Actitudes defensivas
ü Pérdida de autoestima
ü Intensos sentimientos de culpa.
Conclusión
El cerebro humano es el órgano más complejo, es el que permite
realizar toda actividad humana.
Las drogas pueden alterar áreas importantes del cerebro e impulsar
al abuso de estas y convertirse en una adicción.
Los neurotransmisores son sustancias químicas que están encargadas
de actividades cerebrales, éstas son las que regulan los estados de ánimo
provocando euforia o desgano. Los más involucrados con efecto adictivo son: la
Dopamina, Endorfinas y Ácido Gamma Amino Butírico.
El cerebro puede dividirse en términos de función en:
ü Cerebro Racional: Es la materia gris y está
encargada del análisis racional de los hechos e información que llega a través
de los sentidos. Mantienen activo el proceso de adicción.
ü Cerebro Primitivo: Se encarga de funciones
vitales, emociones y estados de ánimo. Esta se encarga del desarrollo de la
adicción.
Muchas veces pensamos que la droga nos produce
placer y es por eso que se hace más fuerte el consumo.
Fuentes
http://www.estudiarpsicologia.com/consecuencias-de-las-adicciones-en-adolescentes/
http://www.adicciones.org/enfermedad/cerebro.html
http://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/serie-de-reportes/las-drogas-el-cerebro-y-el-comportamiento-la-ciencia-de-la-adicción/las-drogas-y-el-cerebro
Reflexión
¿Por qué has elegido este tema?
En lo particular yo tengo una adicción que es el cigarro, necesitaba
saber cómo es que afecta en mí esta droga. A pesar de que sé que me hace tanto
daño ahora sé que es una enfermedad, que mi cerebro está muy afectado por esta
razón.
Mi familia intentaba ayudarme pero siempre me negaba, ahora sé que
tengo que superar esta adicción, porque no sólo afecto mi organismo si no el de
las personas que están a mi alrededor.
¿De donde partí para empezar a escribir?
Leí el artículo que nos proponen y empecé a buscar información del
cerebro, de las drogas y sus
consecuencias, enfermedades, riesgos, y así fue como más me agrado el tema y
decidí hablar de esto.